Esto incluye células cancerosas y células normales, como las células sanguíneas nuevas en la médula ósea o las células en la boca, el estómago, la piel, el cabello y los órganos reproductivos. Cuando la quimioterapia daña las células normales, esto provoca efectos secundarios.

Si experimenta o no efectos secundarios, y qué tan graves son, depende del tipo y la dosis de los medicamentos que le administren y de su reacción de un ciclo de tratamiento al siguiente. La mayoría de los efectos secundarios son a corto plazo y se pueden controlar. Tienden a mejorar gradualmente una vez que se detiene el tratamiento y las células sanas normales se recuperan. A veces, la quimioterapia provoca efectos secundarios a largo plazo que no desaparecen. Estos pueden incluir daño a su corazón, pulmones, terminaciones nerviosas, riñones u órganos reproductivos.

Es posible que le preocupen los efectos secundarios de la quimioterapia. Si se siente molesto o ansioso por la duración del tratamiento o el impacto de los efectos secundarios, informe a su médico o enfermera. Los medicamentos utilizados para la quimioterapia se mejoran constantemente para brindarle los mejores resultados posibles y reducir los posibles efectos secundarios. Esta sección explica formas de manejar las molestias que pueden causar los efectos secundarios.

Preparándose para los efectos secundarios
Algunas personas no tienen efectos secundarios, otras experimentan un rango. Si tiene efectos secundarios, generalmente comenzarán durante las primeras semanas de tratamiento y pueden volverse más intensos con cada ciclo de tratamiento. Antes de que comience el tratamiento, su médico o enfermero hablará sobre los efectos secundarios que debe vigilar o informar, cómo ayudar a prevenirlos o controlarlos, y con quién comunicarse fuera del horario de atención si necesita ayuda.

Si los efectos secundarios cambian su apariencia y autoestima, considere inscribirse en un taller gratuito Luzca Bien Siéntase Mejor. Para obtener más detalles y reservar, llame al 1800 650 960 o visite lgfb.org.au. También puede resultarle útil hablar con un psicólogo o consejero, que puede brindarle apoyo emocional.

Grabación de efectos secundarios
Puede ser útil mantener un registro de su tratamiento de quimioterapia en un solo lugar. Esto le ayudará a recordar detalles sobre cuándo experimentó efectos secundarios, cuánto duraron y qué ayudó a mejorarlos. Algunas personas usan una libreta o un diario, mientras que otras prefieren usar un teléfono inteligente o una tableta.

Comparta la información que registra con sus médicos y enfermeras. Podrán sugerir formas de controlar los efectos secundarios o, si corresponde, pueden ajustar su tratamiento.

Probar terapias complementarias
A veces se utilizan terapias complementarias con tratamientos médicos convencionales. Pueden ofrecer apoyo físico, emocional y espiritual, ayudar a controlar los efectos secundarios y mejorar la calidad de vida.

Algunas terapias han demostrado ser seguras y efectivas en estudios científicos. Por ejemplo, las terapias como la meditación, la relajación, los masajes y el asesoramiento pueden reducir la ansiedad, y la acupuntura puede reducir las náuseas y la fatiga inducidas por la quimioterapia. Estas terapias forman parte de las guías para terapias complementarias y cáncer de mama.

Es importante que hable con sus médicos acerca de cualquier terapia complementaria que esté usando o que esté pensando probar, ya que algunas podrían interferir con su tratamiento o empeorar los efectos secundarios. Las terapias complementarias son diferentes a las terapias alternativas, que se utilizan en lugar de los tratamientos médicos convencionales. Es poco probable que se prueben científicamente y pueden impedir el éxito del tratamiento del cáncer. Cancer Council no recomienda el uso de terapias alternativas.

Obtenga más información sobre las terapias complementarias.

Sentirse cansado y sin energía
Sentirse cansado y sin energía (fatiga) es el efecto secundario más común de la quimioterapia. La fatiga puede incluir sentirse agotado, somnoliento, confundido o impaciente. Es posible que tenga una sensación de pesadez en las extremidades, que se desgaste rápidamente o que le resulte difícil realizar las actividades diarias.

El cansancio puede aparecer de repente y es posible que el descanso no lo alivie. Es posible que aún se sienta cansado durante semanas o meses después de que termine un ciclo de tratamiento. Si bien la fatiga es un efecto secundario común de la quimioterapia, también puede ser un síntoma de depresión. Para obtener más información sobre la depresión, visite beyondblue.org.au y hable con su equipo de atención del cáncer.

No tenía idea de que todavía me sentiría cansada cinco meses después de terminar el tratamiento. No sabía cómo hacerlo mejor y tenía miedo de que fuera así: que no volviera a la normalidad, que nunca más volviera a tener energía. -Judy
Consejos para manejar la fatiga
Planifique actividades para el momento del día en que tiende a sentirse con más energía.
Permita que su cuerpo se recupere tomando descansos regulares.
Tómese un tiempo para el ejercicio regular. El ejercicio ligero a moderado puede reducir la fatiga relacionada con el tratamiento y mejorar el estado de ánimo. Hable con su equipo de atención médica sobre las actividades adecuadas para usted. Consulte Ejercicio para personas que viven con cáncer.
Pida y acepte ofertas de apoyo de familiares, amigos y vecinos. Pueden ayudar con las compras, la conducción, las tareas domésticas o la jardinería.
Si tiene hijos, pídales a familiares y amigos de confianza que los cuiden durante sus sesiones de quimioterapia y que estén de guardia en caso de que no se sienta bien después.
Encuentre formas de controlar la ansiedad y/o los problemas para dormir, ya que pueden afectar la fatiga. Los ejercicios de relajación o meditación pueden ayudar a mejorar su sueño o darle más energía. Llame al 13 11 20 y verifique si su Cancer Council local puede proporcionar CD, o escuche el podcast The Thing About Cancer de fatiga y sueño.
Considere probar la acupuntura; algunos estudios sugieren que esto puede ayudar a reducir el cansancio físico después de la quimioterapia.
Consulte a continuación los consejos para lidiar con el agotamiento causado por falta de apetito, náuseas y/o vómitos.
Consulte con su médico si su fatiga está relacionada con niveles bajos de glóbulos rojos (anemia). La anemia se puede tratar.
Discuta el impacto del tratamiento con su empleador. Algunos lugares de trabajo pueden permitirle trabajar con flexibilidad durante o después de la quimioterapia. Las opciones incluyen tomarse unas semanas libres, reducir sus horas o trabajar desde casa.
Cambios en el apetito, náuseas o vómitos
Es común que su apetito cambie cuando está recibiendo quimioterapia. Los medicamentos también pueden cambiar temporalmente el sabor de los alimentos. A veces es posible que no sienta hambre o que prefiera diferentes tipos de alimentos.

La quimioterapia puede hacerle sentir enfermo (náuseas) o provocarle vómitos. No todas las personas se sienten enfermas durante o después de la quimioterapia, pero si las náuseas le afectan, generalmente comenzarán unas horas después del tratamiento. Las náuseas pueden durar muchas horas y estar acompañadas de vómitos o arcadas. A veces, las náuseas duran días después del tratamiento.

A menudo, la mejor manera de controlar las náuseas es evitar que comiencen. Los medicamentos contra las náuseas (antieméticos) ayudan a la mayoría de las personas, pero encontrar el adecuado puede llevar tiempo. Si las náuseas o los vómitos continúan después de usar el medicamento recetado, informe a su enfermera o médico para que se pueda probar con otro medicamento. Los esteroides también se pueden usar para controlar las náuseas.

No poder retener los líquidos debido a los vómitos puede hacer que se deshidrate. Los signos de deshidratación incluyen boca y piel secas, orina oscura, mareos y confusión. No es seguro que lo dejen solo si está vomitando mucho, ya que la confusión puede dificultar que se dé cuenta de que se ha deshidratado gravemente.

Una vez que comencé la quimioterapia, dejé de comer. Sentía la boca muy seca, lo que hacía que la comida no supiera apetecible. Agregar salsa extra ayudó. - Helena
Consejos para sobrellevar las náuseas y el cambio de apetito
Manejo de la pérdida de apetito
Come lo que te apetezca, cuando te apetezca. Coma refrigerios frecuentes en lugar de comidas copiosas.
Trate de comer más los días que tenga apetito.
Evite los olores fuertes y los olores de cocina que pueden desanimarlo a comer. Puede ser útil preparar las comidas con anticipación y congelarlas para los días que no tenga ganas de cocinar.
Si el sabor de ciertos alimentos ha cambiado, no se fuerce a comerlos. Su sentido del gusto debería volver a la normalidad después de que finalice el tratamiento.
Si no te apetece comer alimentos sólidos, prueba a enriquecer tus bebidas con leche en polvo, yogur, huevos o miel.
No use suplementos nutricionales sin el consejo de su médico, ya que algunos podrían interferir con el tratamiento.
Pida consejo a un dietista sobre el mejor plan de alimentación durante el tratamiento y la recuperación.
Manejo de las náuseas
Coma una comida ligera y blanda antes de su tratamiento (por ejemplo, sopa con galletas secas, galletas saladas o tostadas).
Siga bebiendo líquidos para no deshidratarse. Si no puede retener los líquidos, comuníquese con su médico u hospital de inmediato. Es posible que puedan tratar los vómitos, o es posible que necesite líquidos a través de un goteo intravenoso en el hospital.
Beba líquidos a lo largo del día. Chupar cubitos de hielo, bloques de hielo o jaleas también puede aumentar la ingesta de líquidos. Si el agua tiene un sabor desagradable, condimente con cordial de jengibre o jarabe.
Si tiene malestar estomacal, intente beber bebidas gaseosas como agua con gas o ginger ale seco.
Si te despiertas sintiéndote enfermo, come una galleta seca o una rebanada de pan tostado en lugar de saltarte la comida.
Escuche el episodio del podcast The Thing About Cancer sobre la pérdida de apetito y las náuseas.
Estreñimiento o diarrea
Algunos medicamentos de quimioterapia, medicamentos para el dolor y medicamentos contra las náuseas pueden causar estreñimiento o diarrea. Informe a su médico o enfermera si sus hábitos intestinales han cambiado.

Consejos para controlar los cambios intestinales
Estreñimiento
Coma más alimentos ricos en fibra, como pan y pasta integrales, salvado, frutas y verduras, frutos secos y legumbres (por ejemplo, alubias o lentejas).
Beba muchos líquidos, tanto tibios como fríos, para ayudar a aflojar los intestinos. El jugo de ciruela pasa, manzana o pera puede funcionar bien.
Haga algún ejercicio ligero, como caminar.
Pregúntele a su médico sobre el uso de un laxante, un ablandador de heces y/o un suplemento de fibra.
Evite enemas o supositorios ya que pueden causar infección.
Informe a su equipo de tratamiento si tiene estreñimiento durante más de un par de días. Ellos podrán ayudar.
Diarrea
Elija alimentos suaves como caldo claro o arroz hervido. Evite las comidas picantes, los productos integrales, los alimentos grasos o fritos, las salsas ricas y las frutas o verduras crudas con piel o semillas.
Limite el alcohol, los jugos de frutas, los refrescos, el té o café fuerte y los productos lácteos, ya que estos estimulan el intestino.
Beba agua para ayudar a reponer los líquidos perdidos por la diarrea.
Hable con su equipo de atención médica contra el cáncer; es posible que cambien el tratamiento o sugieran otras soluciones, como el uso de medicamentos de venta libre.
Si la diarrea es grave, infórmele a su equipo de atención médica contra el cáncer. Puede causar deshidratación y es posible que deba ir al hospital.
Los ojos llorosos pueden ser un síntoma de un conducto lagrimal bloqueado. Esto puede ser causado por algunos medicamentos de quimioterapia. Masajear regularmente el área y usar gotas para los ojos puede ayudar a eliminar los bloqueos. Informe a su equipo de atención médica contra el cáncer si este problema persiste.losmedicamentos.org